5 formas de luchar por tus derechos en tu comunidad
Sea parte de la solución y no del problema.
1. Únete a los grupos sociales locales u organízalo
Participar en un grupo de activistas en tu comunidad local es una forma maravillosa de conocer a personas que piensan en el beneficio común y tomar decisiones que soluciones los problemas locales.
Luego junto a otros activistas puede establecerse una Asociación de Desarrollo Comunal (ADC), que consiste en un grupo organizado de vecinos dentro de una comunidad que busca realizar todo tipo de acciones para mejorar las condiciones sociales, económicas, culturales, y ambientales del área en que conviven conforme a la Ley 3859.
2. Influye en la política pública
Las redes sociales permiten la denuncia de los casos de corrupción a nivel local, nacional y global, además, sirven para informar a nuestra comunidad de los problemas que nos aquejan y exigir cuentas a nuestros gobernantes. Por ejemplo, denunciar una calle llena de huecos, el mal horario de los buses, la mala atención en una clínica, la falta de servicios públicos, etc.
Después de generar la conciencia del resto de ciudadanos y llamar su atención, puedes aplicar modelos de negociación, rendición de cuentas y de participación directa y así llegar a soluciones que sí se cumplan y que atiendan al interés público.
3. Organiza tu equipo de trabajo
La acción callejera o campañas creativas impactantes en redes son una manera de asegurarte de que las autoridades y los medios de comunicación y los demás ciudadanos escuchen tu llamamiento por el cambio. También es una excelente forma de ayudar a simpatizantes y voluntarios a comprender los temas. En primer lugar, piensa en el mensaje que quieres transmitir: sólo uno y sencillo. Como normalmente se trata de que nos afecta a todos, la gente tiene que poder entenderlo fácilmente para unirse. A continuación, imagina formas creativas de enganchar al público –piensa en los accesorios, disfraces y eslóganes para las pancartas–.
Luego busca la opción partidaria que respete tus valores patrióticos y junto con tu equipo gana el comité local, distrital, cantonal, provincial y nacional. Es necesario que nuestro país tenga gobernantes como tú, que aman al país.
4. Convoca y organiza el cabildo abierto
Según el Poder Judicial de Costa Rica el cabildo es una reunión pública de regidores, munícipes, concejales y los habitantes de una localidad que se realiza con el fin de resolver asuntos de interés general. Recordemos que es una institución que viene desde la colonia y que tuvo un rol protagonista en la independencia costarricense o en la Anexión del Partido de Nicoya. Por lo tanto, el hecho que los activistas pueden convocar y exigir ese cabildo y llevar a cabo la toma de decisiones en beneficio de la comunidad es algo que va con nuestra tradición democrática.
5. Empodérate como soberano
En democracia, el único soberano es el pueblo. Si el pueblo es despojado o delega esa soberanía, ya no es una democracia.
Nuestra Constitución Política reza que:
Artículo 9- El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres Poderes distintos e independientes entre sí. El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Ninguno de los Poderes puede delegar el ejercicio de funciones que le son propias.
Artículo 11. —Los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad. Están obligados a cumplir los deberes que la ley les impone y no pueden arrogarse facultades no concedidas en ella. Deben prestar juramento de observar y cumplir esta Constitución y las leyes.
Artículo 105.-
El pueblo también podrá ejercer esta potestad mediante el referéndum, para aprobar o derogar leyes y reformas parciales de la Constitución, cuando lo convoque al menos un cinco por ciento (5%) de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral; la Asamblea Legislativa, mediante la aprobación de las dos terceras partes del total de sus miembros, o el Poder Ejecutivo junto con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de la Asamblea Legislativa.
Por lo tanto promueve la rendición de cuentas y el referendo como formas en que el soberano controla a los servidores y funcionarios públicos.